TRÁNSITOS DEL MEDITERRÁNEO AL PACÍFICO
Rosell Meseguer
Este proyecto se compone de tres partes:
QUINTAY del proyecto Tránsitos del Mediterráneo al Pacífico
LUNA CORNATA; Nitrato de plata versus Nitrato de Chile: El Salitre. del proyecto Tránsitos: del Mediterráneo al Pacífico
LA MONTAÑA QUE COME HOMBRES VIVOS, mineras de diccionario, mineras vivas, del proyecto: Tránsitos del Mediterráneo al Pacífico
Desde la alquimia hasta nuestra actual ciencia, nos hemos convertido en cirujanos de la tierra. Mientras que la fotografía analógica pierde espacios ganados por lo digital, nuestras viejas industrias como la minería dejan de ser rentables; lo que fue una mina se convierte en Parque Temático o centro turístico. Este proyecto se centra en la visión de paisajes artificiales nacidos de los tijeretazos de la ciencia, la industria y la tecnología. Su materialización se basa en procesos fotográficos antiguos como la cianotipia, técnica fotográfica del siglo XIX cuya característica principal es ser siempre de color azul, usada en libros de minería y tecnología así como el uso de la fotografía digital y la producción audiovisual.
QUINTAY del proyecto Tránsitos del Mediterráneo al Pacífico
Desaguar en alguna parte los ríos o corrientes, formar un hueco en alguna cosa. Vaciar en los mares del sur, sobre olas de sal y agua: el Pacífico, como fin y principio de la tierra. El Finisterre, que algunos creyeron profundidad de tinieblas y que convirtió el plano en esfera, su sur en nuestro norte; un punto y final de la historia sobre la industria ballenera y su decadencia en el lugar durante mucho tiempo llamado: la nada. Quintay es una vieja ballenera cerca de la costa de Valparaíso, Chile.
Luna Cornata; Nitrato de plata versus Nitrato de Chile: El Salitre. del proyecto Tránsitos: del Mediterráneo al Pacífico
Término usado por los alquimistas medievales para el cloruro de plata. Sal fotosensible, con la que Joseph-Nicéphore Niépce realizó sus primeras huellas fotográficas. Proyecto vinculado a las abandonadas ciudades de la industria del salitre y la actual situación de la industria salinera mediterránea y boliviana..
LA MONTAÑA QUE COME HOMBRES VIVOS, mineras de diccionario, mineras vivas, del proyecto: Tránsitos del Mediterráneo al Pacífico
Llaman así a Cerro Rico en Potosí, Bolivia, hoy aún una mina en explotación pero con sistemas ancestrales que contrastan con las minas tecnológicas de Chile y recuerdan a la minería de la costa mediterránea española, en el campo de Cartagena-La Unión y Almería, hoy una minería de diccionario que ha pasado a ser centro de estudiosos, curiosos y turistas.
LA MEMORIA IMAGINADA
Francisco Carpio
...“…Más allá de seis ríos y tres cadenas de montañas surge Zora, ciudad que quien la ha visto una vez no puede olvidarla más. Zora tiene la propiedad de permanecer en la memoria punto por punto, en la sucesión de sus calles, y de las casas a lo largo de las calles, y de las puertas y de las ventanas en las casas, aunque sin mostrar en ellas hermosuras o rarezas particulares (…) Esta ciudad que no se borra de la mente es como una armazón o una retícula en cuyas casillas cada uno puede disponer las cosas que quiere recordar: nombres de varones ilustres, virtudes, números, clasificaciones vegetales y minerales, fechas de batallas, constelaciones. De modo que los hombres más sabios del mundo son aquellos que conocen Zora de memoria (…) Pero inútilmente he partido de viaje para visitar la ciudad: Más allá para ser recordada mejor, Zora languideció, se deshizo y desapareció. La Tierra la ha olvidado…”
"Las Ciudades Invisibles". Italo Calvino
ENTROPÍAS
Una de las líneas de trabajo que ha estado presente de manera casi continua, conceptual y visualmente, en la obra de Rosell Meseguer, ya desde sus primeros proyectos y exposiciones, ha sido la de reflexionar, comprender y capturar lo que yo llamaría una suerte de “entropía iconográfica y espacial”. En efecto, los diversos lugares, edificios, construcciones y asentamientos habitados y utilizados por el hombre a lo largo del tiempo, es decir, de la historia, han ido sufriendo un paulatino proceso de degradación y desuso, una pérdida de energía vital, histórica, e incluso, funcional. Como Zora, languidecen, se deshacen, y terminan por ser olvidados…
ROSELL MESEGUER DE UN TIEMPO COMÚN
Javier Hontoria
Ante el trabajo de Rosell Meseguer uno no sabe realmente si el lenguaje fotográfico es el vehículo, la herramienta de trabajo, o si es el destino final. Podríamos decir que su mirada no sólo se sirve de las cada vez mayores posibilidades que le ofrece el medio sino que extrae de él, de las gelatinas, cianotipias o kalitipias, nuevas lecturas que alimentan un ya de por sí rico universo narrativo. Porque en muchos de sus últimos trabajos van de la mano la historia del motivo y la del medio que nos lo presenta, que le da forma
En su primera presentación pública en Madrid, en el Centro de Arte Joven de Avenida de América, ya mostraba ese diálogo entre la imagen fotográfica y el documento, pequeños fragmentos de tiempo, encontrados aquí y allá, que ayudan al espectador a reconstruir la memoria del lugar. Hoy no sólo siguen presentes estos pequeños retazos documentales sino que muchas veces devienen incluso soporte de la propia obra. Esas primeras imágenes eran ruinas de la guerra, espacios derrengados olvidados tras la batalla. En una de las fotografías más bellas de esta serie inicial, la artista, desde el interior de angostos búnkeres, situaba la cámara en el mismo lugar que los cañones y obtenía, a través del estrecho hueco en el cemento, la imagen de un horizonte marino. Daba la impresión, entonces, que Rosell Meseguer ya buscaba en ese horizonte lejano el posible destinatario de ese fuego belicoso pero con una intención algo más benigna, la de tender puentes entre ambos lados, voluntad que sigue siendo hoy central en su trabajo.