OVNI Archive
Rosell Meseguer
Los avistamientos de fenómenos aéreos inusuales se remontan a la Antigüedad, pero el término U.F.O. Unidentified Flying Object, se popularizó en 1947, cuando un piloto estadounidense observó, mientras volaba, varios objetos con forma de plato.
Eventos recientes como el envenenamiento y muerte del espía Litvinenko, así como la primera sentencia dictada por traición –espionaje- en España en el siglo XXI, traen de nuevo a la memoria la época de espionaje durante la Guerra Fría. Este espionaje actual, poco vinculado al enfrentamiento entre capitalismo y comunismo, se desarrolla en un contexto de críticas al sistema capitalista tras los últimos derrumbes económicos y la crisis financiera, así como en una carrera por el control de las tecnologías y la reaparición de los debates sobre el uso de la energía nuclear.
El proyecto OVNI Archive, desarrolla un diálogo metafórico sobre el espionaje entre dos tiempos. El tiempo pasado y oculto tras el telón de acero y nuestro tiempo actual. El término Objeto Volador No Identificado, de las siglas O.V.N.I., es usado aquí como metáfora de la imposibilidad de desclasificar o hacer públicos, documentos que pertenecen a la seguridad -privacidad- de una nación. El proyecto muestra documentos, fotografías de objetos peculiares y otros archivos vinculados al mundo del espionaje, teniendo en cuenta la imposibilidad de que estos sean completamente legibles, pues en ellos se oculta una parte esencial de la información.
Estos documentos han sido recopilados desde el 2007, entonces visitaba las fortalezas de Río de Janeiro, guiada por lecturas históricas y un puñado de libros. Entre estos, Guerre Secrète sous les océans, comprado en un sebo brasileño. El libro intenta explicar de un modo periódico, los inventos y revoluciones en el mundo de la guerra y el espionaje por mar con un sentido internacional, partiendo del submarino Peral hasta los últimos inventos del espionaje subacuático.
Las fortalezas de Río fueron esparcidas por la Bahía de Guanabara, que los portugueses creyeron desembocadura de un río, al que llegaron en enero, de ahí el nombre de la ciudad; aquellas me recordaban a ciudades inventadas. El hallazgo se produjo en el Fuerte de Copacabana y en el Fuerte de San Luiz, allí los búnkeres eran globos partidos, ovnis voladores de otro tiempo y ¿por qué no?, espacios del espionaje, gigantes cámaras estenopeicas para registrar, objetos para ocultar, gigantes medusas...
La recopilación de documentos continúa hasta el 2011, es en Berlín donde de nuevo aparecen estas formas redondas, inmensos globos de control aéreo; desde las fotografías de los Zepelín hasta la visita a Teufelsberg -La Montaña del Diablo en alemán-, un cerro formado por los escombros de los destrozos causados por la Segunda Guerra Mundial, a los que oculta debajo de un manto verde. Teufelsberg -colina de 115 metros de altura a las afueras de Berlín- se encuentra en la antigua zona del sector británico del Berlín Occidental, al norte del bosque de Grunewald.
En 1957 la colina empezó a ser utilizada por los servicios secretos americanos e ingleses. La NSA, Agencia Americana de Seguridad Nacional construyó una de las bases más grandes de escucha durante la Guerra Fría - una estación de radio- . En 1991 el abandono tras la caída del muro y la reunificación de Alemania lo convirtieron en lugar de curiosos; en globos y torres ocultas en medio de la vegetación de Grunewald.
Nueve moldes para un mito. El Ovni Archive de Rosell Meseguer
Olga Fernández López
Al contrario que submarinos, cohetes, bombas, y otros elementos de la industria aeroespacial, naval o armamentística, con los que comparten vocabulario formal, los ovnis son un producto inequívocamente imaginario, cuya función es puramente alegórica. Durante la Segunda Guerra Mundial, el término más usado para los avistamientos había sido el de foo-fighters, una fórmula indicativa de la influencia que la cultura popular iba a tener en la conformación del nuevo imaginario moderno. En este caso, el sinsentido de la palabra foo en el cómic Smokey Stover, convertido en significante gráfico (proceso tan característico de los años 30), acaba por traducirse visualmente en las brillantes bolas de fuego que los pilotos empezaron a ver en los escenarios bélicos y que eran consideradas potenciales armas secretas de los nazis. Lo que resultaba más desconcertante era la aparición de artefactos inclasificables en el cielo estadounidense, cuya descripción convertía máquinas de guerra en objetos de uso cotidiano. En concreto, es significativa la popularización del término platillo volante, a partir de las explicaciones donde el empresario Kenneth Arnold trataba de dar forma a lo que había visto desde el avión que pilotaba en junio de 1947.
Ficciones de un pasado presente
Pedro Medina
"Existe un animal sumamente extraño llamado hombre que necesita un tipo de ficción que llama verdad"
(Nietzsche)
¿Cuál es el relato de nuestro tiempo?, ¿a qué narración podemos dar verdadero crédito?… son preguntas que, en suma, nos remiten a la eterna pregunta sobre la realidad, de Platón a Matrix, pasando por Descartes u Orson Welles, entre tantos otros. Este último contó hace tiempo la historia de aquellos 22 cuadros con los desnudos de Oja Kodar, que celebraban los críticos en París gritando “Picasso ha vuelto a nacer”, mientras el artista malagueño se enfurecía en su estudio en Toussaint al no reconocer como propias unas obras que habría pintado el abuelo moribundo de Oja, un gran falsificador capaz de crear un nuevo período de Picasso. Esta es la farsa que concluye F for Fake, el falso documental llevado a cabo por el prestidigitador Welles sobre uno de los más célebres falsificadores de la historia: Elmyr d’Hory, y asimismo sobre la falsa biografía de Howard Hughes realizada por Clifford Irving, quien a su vez descubrió a d’Hory.
LOTTE DINSE
Securing the Evidence
En su obra fotográfica, la artista española Rosell Meseguer trabaja reiteradamente con la transformación de lugares y arquitecturas en un sentido histórico, lugares que han perdido su función original durante los acontecimientos sociales, políticos y tecnológicos que se han sucedido desde mediados del siglo XX. Durante sus viajes de investigación, Meseguer visita búnkeres, fortificaciones militares de la costa, minas, pozos de carbón y balleneras para documentar tales escenarios abandonados. La artista siempre complementa su serie fotográfica con imágenes históricas encontradas, usadas como referencias para generar diálogos entre diferentes épocas. Las técnicas empleadas – además de fotografía digital – incluyen numerosos procesos fotográficos históricos como el calotipo -impresión marrón-, cianotipia -impresión azul- o el linóleo. La artista realiza sus proyectos en largos períodos de tiempo lo que indica el método de acercamiento empleado. Para cada proyecto se acumulan importantes colecciones de material, reflejando así los largos tiempos de investigación de cada uno de ellos, documentando y organizando las diversas partes del desarrollo. Las recolecciones científico-artísticas así como la obtención de datos clave para el proyecto, sirven para reconstruir acontecimientos y condiciones históricas del colectivo, así como la repetición de relatos individuales.
El arte de construir narrativas tácitas. Del búnker al ovni pasando por un Travi
Jorge Blasco Gallardo
Si tuviéramos que trazar las diferentes líneas, o un mapa mental, tan de moda ahora, que componen un recorrido por la obra que nos ocupa, lo cierto es que sería un continuo entrelazar de estrategias de artista, de sensibilidad personal, de reflexión conceptual, de paranoia, de historia, de ciencia ficción, de recuerdos de infancia, etc. que acabarían componiendo un delicado dibujo, una suerte de encefalograma donde los picos se redondean y las líneas, lejos de ir paralelas, se encuentran y desencuentran.